30 Mar 2020

Es el momento aprovechar todo el talento que tenemos en beneficio de todos.

La imperiosa necesidad de la colaboración público-privada ante la crisis Covid-19

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JOSE MARIA GARCÍA-VALDECASASGARCIA-VALDECASAS & VIOLA – 30 MAR. 2020 (Expansión)

Ante esta, tan extraña como preocupante situación de crisis humana -sanitaria, social y económica- que estamos viviendo a consecuencia del COVID-19, no he podido evitar pensar en alternativas que -desde mi punto de vista- pudieran siquiera aportar o sugerir algo en beneficio de la sociedad española.

En este sentido, no me cabe duda de que es el momento de la verdad, de unirnos, de dejarnos de tonterías y banalidades; en suma, es el momento aprovechar todo el talento que tenemos – en todas las áreas y sectores – en beneficio de todos. Es el momento de la solidaridad.

En los últimos días, hemos asistido a la reacción unilateral del sector privado acudiendo en auxilio de todos, como debe ser. Han sido múltiples las aportaciones, ayudas y acciones implementadas desde dicho sector de cara a ayudarnos a todos a luchar contra la crisis humanitaria a la que nos enfrentamos.

Resulta, por tanto, prioritario potenciar al máximo la colaboración público-privada. Esa colaboración, sin duda alguna, puede -y debe- ser alentada por el Gobierno y refrendada por las Cortes Generales.

Es, como dicho, el momento de reaccionar por parte del sector público, ofreciendo opciones y alternativas para animar y premiar al sector privado por su generosidad y ayuda. Seguramente, esa colaboración generará, como tantas otras veces, medidas tan eficientes como eficaces para la lucha contra esta pandemia.

El Gobierno y las Cortes tienen la posibilidad de -a través de incentivos fiscales-, además de promover, devolver al sector privado parte de su generosidad. Las opciones que se nos ocurren y, desde aquí, nos permitimos proponer al Gobierno, las exponemos a continuación.

En primer lugar, consideramos que deberían potenciarse y premiarse las donaciones realizadas por particulares o empresas al sistema sanitario español. Nuestra sugerencia consiste en que todos los donativos, dinerarios o en especie, que se hagan en el año 2020 sean deducibles de la cuota del IRPF -si es persona física quien dona- o del Impuesto sobre Sociedades -si es persona jurídica- del año o período impositivo correspondiente a 2019.

Asimismo, como medida excepcional a adoptar ante situaciones extraordinarias, deberían eliminarse los límites existentes tanto a nivel de base imponible como de cuota tributaria, respecto de los donativos que califiquen como donativos Covid-19.

En segundo lugar, sugerimos que todas los autónomos y empresas puedan deducir de los beneficios de 2019 y, por tanto, del impuesto a pagar por el referido ejercicio, las pérdidas que generen en el año 2020 como consecuencia de la crisis de referencia.

Sin duda alguna, la medida debe ser implementada de forma correcta -cosa que no parece haber ocurrido con los ERTE- y nuestra propuesta consistiría en que todas los autónomos y empresas presentaran sus impuestos de 2019 en plazo y debidamente (IRPF e IS, respectivamente), suspendiéndose el ingreso del mismo hasta el mes de abril de 2021.

Dentro de los primeros cuatro meses de 2021, los autónomos y empresas deberían informar a la Administración sobre sus resultados de 2020, pudiendo -en su caso- compensar las pérdidas que se hubieran generado en dicho año contra la deuda que tuvieran al respecto de 2019 frente a la Hacienda Pública. Esta medida sería, sin duda, de gran ayuda para muchos autónomos y empresas de nuestra nación.

Nuestra tercera sugerencia consistiría en -en lugar de generar prohibiciones que de poco van a servir para el mejor funcionamiento de la economía y, por tanto, de la sociedad en su conjunto- premiar a aquellas empresas que hagan un esfuerzo importante por mantener el empleo (en este sentido y habida cuenta de las circunstancias, debería considerarse “mantener el empleo”, el no reducirlo en más de un 20 por 100), mediante la exoneración de contribuir a la cuota empresarial de la seguridad social correspondiente a sus empleados.

Por último, proponemos habilitar mecanismos para incentivar la inversión extranjera, así como para flexibilizar los trámites burocráticos para la inversión y generación de valor en nuestro país. Deberíamos preparar medidas que nos permitan -una vez superada esta situación- estar en la primera línea de salida, mediante incentivos a la inversión en nuestro país -en el turismo, la industria, las start up, etc.-, todo ello con el fin de mantener y generar empleo, de forma que la economía y, por tanto, la sociedad se vea lo menos perjudicada posible.

Es el momento de apostar al máximo por la colaboración público-privada. Solo así, desde el humilde punto de vista de quien suscribe, podremos salir mejor y más rápido de la situación en la que estamos.

Como mensaje final, me gustaría ofrecer un fuerte aplauso escrito a todos aquellos -ante los que me quito el sombrero- que hoy trabajan por el bien de todos en la primera línea del fuego -médicos, sanitarios, distribuidores, empleados de supermercados, todos-. Esperamos que, todos los demás sepamos, desde ya, estar a la altura de las circunstancias.

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